Esta es la historia de un cantante, cuando cantaba, era el mejor, ya fuera blues, flamenco o rock. Había que echarle de comer aparte. Pero lo más importante era su corazón. Siempre con una sonrisa en los labios. Nunca lo ví enfadado, nunca triste, con sus gafas oscuras en el escenario. Y ahora está mirándonos desde las estrellas, mandándonos una fuerte vibración a todos los que cantamos aquí, cuidando nuestra voz y nuestro corazón. Acordándome de ti, lloro de alegría. Si quiero verte, miro hacia el cielo y siempre estás allí, en ese lucero. Y me prestas tu grito del alma, que tú y yo tenemos, para cantarlo cuando haga falta.

¡Adiós Felipe, mi buen amigo del alma! Emilio Martínez Chicheri

Hemos hecho esta camiseta y gorra, para todos aquellos que deseáis seguir recordando a Carlos rindiéndole un pequeño tributo que sin duda se merecía. Mil Gracias por vuestra ayuda  al hacer que la llama de Carlos siga encendida.